El Espíritu Santo es igual al Padre y al Hijo. Está presente en el mundo para hacer a los hombres conscientes de su necesidad de Jesús. También vive en cada cristiano desde el momento de la Salvación. Él proporciona la guía, el poder para vivir y la comprensión de la verdad espiritual.
El bautismo del Espíritu Santo es para todo creyente. El Espíritu se manifiesta con el propósito de satisfacer las necesidades del pueblo.
El Espíritu Santo es parte de la Santísima Trinidad. La Santísima Trinidad es Dios que se revela en tres Personas Divinas, pero perfectamente una que constituye un Dios y no tres Dioses.
Lucas 24:49, Hechos 1:4-8, Joel 2:28, Hechos 2:4, 1 Corintios 12:1-11, 1 Corintios 14:26-40 Mateo 28:19, Lucas 3:22, Juan 14:9, 16, Juan 17:3